jueves, 13 de diciembre de 2012

Naciones Unidas



BAN KI-MOON: HOMOSEXUALIZAR EL MUNDO.

Por Mons. Juan C. Sanahuja

El 10 de diciembre, conmemorando el Día de los Derechos Humanos, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, volvió a pedir “que se ponga fin a la violencia y la discriminación por motivos de identidad de género y orientación sexual”, y añadió: “Permítanme decir esto alto y claro: las personas lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero tienen derecho a los mismos derechos que todos los demás. Ellos también nacen libres e iguales. Yo estoy hombro con hombro con ellos en su lucha por los derechos humanos. Estoy orgulloso que como Secretario General, tengo una plataforma global para poner de relieve la necesidad de acabar con la violencia y la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género”.

El evento fue organizado conjuntamente por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR), y las Misiones Permanentes ante las Naciones Unidas de Argentina, Brasil, Croacia, la Unión Europea, Francia, Israel, Japón, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega y Estados Unidos, y las organizaciones Human Rights Watch y la International Gay and Lesbian Human Rights Commission.

Participaron en el evento, entre otros, la ministro francés para los Derechos de la Mujer, Najat Vallaud-Belkacem; por teleconferencia desde Sud África, el arzobispo anglicano emérito Desmond Tutu; Blas Radi, militante transexual argentino; Shevchenko Olena, lesbiana ucraniana y Gift Trapense, homosexual de Malawi. Las “estrellas” invitadas fueron Ricky Martin y la sudafricana Yvonne Chaka Chaka, embajadora de Buena Voluntad de UNICEF, que compartieron el escenario con el Secretario General. Para Ban, Martin es “un maravilloso modelo a seguir para jóvenes LGBT y para todas las personas”.

Una vez más, Ban reinterpretó la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, para defender los “derechos” de las personas LGTB, es decir, exigir derechos especiales para la orientación sexual, que es lo que realmente se está buscando.

Argentina: a la cabeza de la perversión

“Aplaudo a Argentina por la introducción de una de las legislaciones más progresistas del mundo en parejas del mismo sexo y el reconocimiento de género”, dijo Ban Ki-moon haciendo referencia a la ley de “matrimonio homosexual” de 2010, y a “ley de identidad de género” sancionada en mayo de 2012, por la que cualquier persona puede “cambiar el sexo asignado al nacer” por la “identidad de género autopercibida”.

¿Qué se pretende realmente?

¿Evitar la violencia o imponer la “tiranía gay”? Reiteramos lo dicho en NG 1110, como consecuencia de la llamada “discriminación por orientación sexual e identidad de género” y de la “homofobia y transfobia”, califican de homofóbica y discriminatoria toda opinión en desacuerdo con el estilo de vida homosexual. Atentan contra la libertad religiosa, por ejemplo, oponiéndose a la predicación de la doctrina cristiana. En base a esos conceptos se arremete contra la libertad de los padres a educar a sus hijos y se desconoce la libertad de las instituciones de enseñanza, por sólo dar unos pocos botones de muestra. Ahora se le suma la aplicación de la legislación internacional sobre derechos humanos a todo lo que se les antoje como trato violento o discriminatorio. ¿Serán pasibles de ser juzgados por la Corte Penal Internacional los padres de familia que se opongan a que sus hijos sean educados en la “normalidad” de la homosexualidad o las autoridades religiosas que prediquen la intrínseca maldad moral de la sodomía? 

Es muy distinto terminar con la injusta violencia a, por ejemplo, exigir libertad de acción, incluida la perversión de menores, o reclamar el “cupo gay” dentro del cuerpo de profesores de colegios y universidades. El lobby gay parece decir: “quien no apoya nuestro estilo de vida y todas nuestras pretensiones, está a favor de que se nos condene a muerte”.

NOTICIAS GLOBALES, Año XV. Número 1063, 42/12. Gacetilla n° 1179. Buenos Aires, 12 diciembre 2012

sábado, 8 de diciembre de 2012

Senado estadounidense rechaza polémico tratado sobre discapacidad





Por Lisa Correnti

El Senado de Estados Unidos votó esta semana en contra de la ratificación de la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad. Con 61 votos a favor y 38 en contra, no se logró la mayoría de dos tercios necesaria para la ratificación debido a serios temores de que pudiera debilitar la soberanía y los derechos de los padres, y de que se la interpretara con el objeto de promover el aborto.
«Durante décadas, Estados Unidos ha sido el líder mundial y el defensor de las personas con discapacidad... Esta convención no hará nada para mejorar los derechos de los estadounidenses en Estados Unidos», expresó el senador Jim DeMint, quien contribuyó a encabezar la oposición en el Senado. La Ley de estadounidenses con discapacidades, legislación federal aprobada en 1990, convirtió a Estados Unidos en el patrón oro en la concesión de derechos amplios para las personas con discapacidad.

Los expertos de la ONU que se oponen a la ratificación dijeron que sería imprudente aprobar otro tratado de derechos humanos mientras no se realice la reforma necesaria de sus órganos de supervisión. Se sabe que los comités cuya tarea consiste en evaluar el cumplimiento de los estados miembros reinterpretan los términos de los tratados y emiten informes dirigidos a los países de una manera cuasi judicial que los presiona para que modifiquen sus leyes.

La inclusión del término salud «sexual y reproductiva» en la Convención (por primera vez en un instrumento internacional vinculante) dio lugar a más inquietudes. Los órganos de supervisión de tratados utilizan una expresión similar para presionar a los países a fin de que liberalicen sus leyes de aborto.

Las inquietudes provida se incrementaron cuando se rechazó conforme a las políticas partidarias una enmienda para eliminar todo intento de creación de nuevos derechos al aborto, que fue propuesta por el senador Marco Rubio. Todos los senadores demócratas se opusieron a esta protección pese a que el presidente del Comité, el senador demócrata por Massachusetts John Kerry, dijo que la Convención sobre las personas con discapacidad era demasiado importante como para hacer que el aborto impidiera su aprobación.

Agrupaciones de discapacitados intensificaron la defensa de sus intereses al acercarse la votación, inundando las oficinas del Senado con solicitudes de asamblea. Un miembro del personal comentó que, aunque son admirables los esfuerzos de estas agrupaciones, la ratificación por parte de Estados Unidos «no les conseguiría nada más, salvo hacerlos sentir bien».

El senador Kerry, coordinador en el recinto para la Convención, intentó disipar lo que calificó como «mitos» a solo minutos de la votación de mediodía con el propósito de invertir la postura republicana.

«No tiene potestad para modificar las leyes o tomar medidas en Estados Unidos, y sus recomendaciones no tienen consecuencias jurídicas en el estado ni en las cortes federales», dijo Kerry.

C-FAM (editor de Friday Fax) había entregado a los senadores ejemplos de fallos de tribunales estadounidenses que hacen referencia a los tratados de la ONU con el objeto de modificar leyes estatales.

Ex senadores republicanos se aventuraron a ingresar en el debate, aunque en lados opuestos. El senador Bob Dole, veterano de la Segunda Guerra, estuvo en el Senado durante la votación para alentar la ratificación. El senador Rick Santorum, padre de un niño con necesidades especiales, trabajó con el senador Lee para poner de relieve la posible cesión de los derechos de los padres en el caso de los niños con discapacidad.

Los defensores del tratado dijeron que la ratificación era necesaria para permitir a Estados Unidos «sentarse a la mesa» a fin de influenciar mejor a los países con el objeto de que sean «más como Estados Unidos». El senador Jon Kyl se opuso diciendo «La Convención brindaría refugio a los regímenes que no tienen intención de ayudar realmente a los ciudadanos, a la vez que ataría innecesariamente las manos de países como Estados Unidos, que de hecho han efectuado grandes progresos en esta área».

El senador Orrin Hatch, que ha promovido los derechos de las personas con discapacidad durante un cuarto de siglo, también  se opuso a la ratificación. Tras la votación, dijo: «Estados Unidos debe seguir liderando la promoción de los derechos de las personas con discapacidad, pero sin que se menoscabe la soberanía estadounidense».

El senador Kerry promete que el tratado será introducido en los meses venideros.

WASHINGTON D.C., 7 de diciembre (C-FAM)