Confirmado: la
píldora del día después es abortiva
Madrid (España)
(AICA): 3-6-13
Desde hace tiempo es
sabido en el mundo de la medicina que la llamada píldora del día después es
abortiva, carácter que solo es negado o más bien ocultado por los partidarios
del aborto. Ahora se presentó una nueva confirmación científica al respecto.
Con motivo del
Congreso Europeo de Farmacia Hospitalaria realizado hace poco en París el
investigador y farmacéutico español Emilio Jesús Alegre del Rey presentó un
riguroso trabajo que cuantifica los mecanismos de acción de la llamada píldora
del día siguiente (PDS) y su eficacia global. La presentación de este trabajo
supone una clarificación de los mecanismos de acción de la píldora, tomando
para su estudio los datos de la última revisión sistemática existente realizada
en 2011.
En síntesis, el
trabajo clarifica que la PDS
evita la ovulación, pero sólo lo consigue de forma significativa si se toma al
menos dos días antes de que ésta vaya a tener lugar. Así que, si éste fuera el
único mecanismo de acción, sería imposible reducir mucho la probabilidad de
embarazo, puesto que el día de la ovulación y el anterior constituyen la fase
de máxima fertilidad del ciclo.
El estudio demuestra
que es falso que la PDS
tenga solo efecto anovulatorio, es decir que impida la ovulación porque el
efecto anovulatorio ya no funciona en el día previo a la ovulación; por ello
entran en acción los mecanismos pos-fecundación. Pero, incluso en los días
anteriores (-2 a -4), aunque casi siempre se consiga parar la ovulación, no
siempre es así. Y cuando no se consigue, se producen otras alteraciones que
podrían impedir la implantación. Eso sin contar que distinguir si a una mujer
le falta 1 día o 2 días para ovular no parece muy realista en la práctica
clínica.
Este estudio debe
modificar la última valoración de la Federación Internacional
de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (FIGO) que negaba el efecto abortivo
de la PDS
basándose en estudios en animales, cuyo ciclo no tiene nada que ver con el de
la mujer, y en el trabajo del grupo de Noe, que analizaba 35 mujeres que
tomaron la PDS en
fase posovulatoria, sin realizar análisis estadístico. El estudio presentado en
París demuestra el efecto pos-fecundación, por lo que la FIGO debería actualizar sus
conclusiones.
Sobre si la
probabilidad de embarazo se reduce como mínimo en dos tercios tras recibir la PDS , el estudio demuestra que,
tras una relación sexual, la toma de la
PDS reduce al menos en un 65 % (aproximadamente dos tercios)
la probabilidad de embarazo. Y otro hecho comprobado es que, sin embargo,
disponer de la PDS ,
incluso facilitarla sin receta para que se use más, no reduce los embarazos
imprevistos en la población. Es algo bien conocido en la comunidad científica;
la explicación de esta paradoja se desconoce; algunos autores piensan que puede
ser debido a que tener un “plan B” puede inducir a aceptar mayores riesgos en
el comportamiento sexual, sobre todo en los jóvenes. Por tanto, estamos
produciendo abortos precoces, exponiendo a miles de mujeres a reacciones
adversas y gastando recursos para nada, excepto para beneficiar económicamente
a una empresa.
Como explica la
doctora María Alonso, coordinadora del Área de Medicina de Profesionales por la
Ética, “la investigación de Emilio J. Alegre implica consecuencias bioéticas
evidentes ya que al tener la PDS
un efecto abortivo, debemos afirmarlo con claridad. En España se sigue
dispensando sin límite de edad ni prescripción médica, lo cual resulta una
barbaridad desde el punto de vista médico y bioético”.+
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