Por Verónica Dema
Se llama “Puerta Abierta a la Diversidad”; lo impulsaron las psicólogas Graciela Palestra y Silvina Tealdi, una pareja que hace años milita por derechos de los homosexuales desde una ONG; más de 50 personas ya se contactaron para participar
Las psicólogas Graciela Palestra y Silvina Tealdi hace 10 años que formalizaron su lucha por los derechos de los homosexuales en la ONG Puerta Abierta. El tiempo de militancia por esta causa las llevó a encontrar cientos de historias de desencuentro, soledad, ocultamientos. Sobre todo, entre los mayores de 60 años, para quienes animarse a vivir a pleno su sexualidad no es fácil sin ayuda.
"Así, con este espíritu, nació Puerta Abierta para la Diversidad: el primer centro de jubilados gays de la Argentina", dice Silvina. "La tercera edad está olvidada", acota; habla lento y bajito, con la paz de quien comprende los pesares del "sentirse distinto", quizá porque ella vivió y superó esa sensación.
Grace, como la llama Silvina, su pareja, repasa las actividades que tienen pensadas para este centro que está formalmente registrado y cuya comisión directiva está conformada por nueve mujeres afiliadas a PAMI. "Haremos las actividades que vayan surgiendo del grupo: juegos, charlas de reflexión, terapia y muchos viajes", dice Graciela. La idea es, agrega, que sea un espacio divertido donde todos puedan dejarse ser quienes realmente son.
El departamento de Almagro donde reciben a lanacion.com es la luminosa sede de Puerta Abierta para la Diversidad. Todo es blanco, impecable. En la primera sala, un semi círculo de sillas vacías; luego, la cocina; a metros, una terraza con asador; en el segundo piso, varias habitaciones que son pequeñas salas de reflexión y terapia grupales o individuales.
Pero todo está vacío. No es fácil para los miembros de este centro exponerse ante una cámara -finalmente Norma Castillo, presidenta del centro, y su pareja Ramona Arévalo sí se animan: hace 30 años que están juntas y ya superaron los miedos de enfrentarse a la sociedad. "Invitamos a todos para la nota, pero no es fácil animarse a hablar de su sexualidad; la sociedad juzga", opina Silvina. La mayoría de los miembros de Puerta Abierta forma parte de otro centro de jubilado y allí no encuentra lugar para plantear su orientación sexual; otros, ni siquiera se animan a admitirlo ante sus familias.
Así, aunque no se vean sus caras, este espacio -aseguran sus creadoras- empieza a poblarse: ya recibieron más de 50 mails y llamados de futuros miembros de este centro diferente.
www.politicaydesarrollo.com.ar, 01-10-2009
Se llama “Puerta Abierta a la Diversidad”; lo impulsaron las psicólogas Graciela Palestra y Silvina Tealdi, una pareja que hace años milita por derechos de los homosexuales desde una ONG; más de 50 personas ya se contactaron para participar
Las psicólogas Graciela Palestra y Silvina Tealdi hace 10 años que formalizaron su lucha por los derechos de los homosexuales en la ONG Puerta Abierta. El tiempo de militancia por esta causa las llevó a encontrar cientos de historias de desencuentro, soledad, ocultamientos. Sobre todo, entre los mayores de 60 años, para quienes animarse a vivir a pleno su sexualidad no es fácil sin ayuda.
"Así, con este espíritu, nació Puerta Abierta para la Diversidad: el primer centro de jubilados gays de la Argentina", dice Silvina. "La tercera edad está olvidada", acota; habla lento y bajito, con la paz de quien comprende los pesares del "sentirse distinto", quizá porque ella vivió y superó esa sensación.
Grace, como la llama Silvina, su pareja, repasa las actividades que tienen pensadas para este centro que está formalmente registrado y cuya comisión directiva está conformada por nueve mujeres afiliadas a PAMI. "Haremos las actividades que vayan surgiendo del grupo: juegos, charlas de reflexión, terapia y muchos viajes", dice Graciela. La idea es, agrega, que sea un espacio divertido donde todos puedan dejarse ser quienes realmente son.
El departamento de Almagro donde reciben a lanacion.com es la luminosa sede de Puerta Abierta para la Diversidad. Todo es blanco, impecable. En la primera sala, un semi círculo de sillas vacías; luego, la cocina; a metros, una terraza con asador; en el segundo piso, varias habitaciones que son pequeñas salas de reflexión y terapia grupales o individuales.
Pero todo está vacío. No es fácil para los miembros de este centro exponerse ante una cámara -finalmente Norma Castillo, presidenta del centro, y su pareja Ramona Arévalo sí se animan: hace 30 años que están juntas y ya superaron los miedos de enfrentarse a la sociedad. "Invitamos a todos para la nota, pero no es fácil animarse a hablar de su sexualidad; la sociedad juzga", opina Silvina. La mayoría de los miembros de Puerta Abierta forma parte de otro centro de jubilado y allí no encuentra lugar para plantear su orientación sexual; otros, ni siquiera se animan a admitirlo ante sus familias.
Así, aunque no se vean sus caras, este espacio -aseguran sus creadoras- empieza a poblarse: ya recibieron más de 50 mails y llamados de futuros miembros de este centro diferente.
www.politicaydesarrollo.com.ar, 01-10-2009
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