por el aborto,
pero los provida se están movilizando
Vicenzina Santoro
Brújula cotidiana,
28-04-2021
En su compromiso
de deshacer todo lo que hizo su predecesor para proteger al feto, en sus
primeras semanas en el cargo, Biden parece haber creado su propia forma de
“cultura de cancelación”. El día de la toma de posesión, Biden envió una carta
al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, informándole que
Estados Unidos se reincorporaría a la Organización Mundial de la Salud (lo que
también significa reanudar su financiación), a pesar de que Trump había
mencionado numerosos de sus fracasos, especialmente en la gestión del origen de
la pandemia de Covid y en la actitud servil de la Organización hacia China.
Pocos días
después, Biden declaró que Estados Unidos se reincorporaría al más que
desacreditado Consejo de Derechos Humanos de la ONU, volvería al problemático
Acuerdo de París sobre el clima, así como habría restaurado y aumentado la
financiación del Fondo de Población de las Naciones Unidas.
Entre las acciones
de Biden, ninguna es más completa que las relativas a las políticas que la ONU
llama “derechos reproductivos”. La política de Biden se introdujo de una sola
vez con el “Memorando sobre la protección de la salud de la mujer, en patria y
en el extranjero”, emitido el 28 de enero. Este Memorando muestra muy bien cuán
drásticamente están cambiando las cosas de una administración republicana a una
demócrata con respecto al programa de derechos reproductivos, y cómo Biden
planea abolir todas y cada una de las medidas para proteger la vida del feto.
Esto se puede entender claramente leyendo el texto del Memorando.
Es particularmente
inquietante el rol de la Usaid, la agencia estadounidense de ayuda
internacional, para quien no vive en estados Unidos, que estará encabezada por
Samantha Power, ex embajadora de Estados Unidos ante la ONU durante la
administración Obama. Reconocida periodista, filántropa, profesora
universitaria y diplomática, Power ha obtenido hasta ahora la confirmación de
su nombramiento por parte de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado,
el 15 de abril. Mientras este artículo va en línea, todavía se espera la
votación del Senado para su nominación. En el cargo de director de USAID, Power
sería una de las principales promotoras de los derechos reproductivos, de la
salud y de los servicios que Estados Unidos puede ofrecer a los países en
desarrollo.
Como puede verse
en el Memorando del presidente, la promoción de los derechos reproductivos es
una de las principales prioridades de Biden, tanto en la política interna como
en la exterior. Y esto es particularmente doloroso, ya que no hay un solo
aspecto del programa de derechos reproductivos que se haya pasado por alto. A
pesar de todo, es bueno recordar que no existe una definición internacional
reconocida de “derechos reproductivos”. Y en la Declaración Universal de
Derechos Humanos de la ONU, leemos claramente: “Todo individuo tiene derecho a
la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” (artículo 3).
La política
integral de Biden contra el derecho a la vida del feto supera todos los demás
temas que su administración ha tratado de abordar, sin demasiados éxitos, como
la inmigración ilegal, la lucha contra el Covid, la reducción de las emisiones
de gases de efecto invernadero, la ampliación del número de miembros del
Tribunal Supremo, el cambio de ritmo en las relaciones con China y Rusia, y la
facilidad con la que se prometen recursos federales para financiar el gasto
público que en conjunto asciende a un increíble 25% del PIB.
¿Cómo puede una
nación mantener su integridad moral cuando su gobierno niega el primero de los
derechos humanos, el derecho a nacer? El feto no puede gritar de dolor para
defender su vida. Pero los defensores de la vida no lo están tomando de forma
pasiva. Están presentes en todas las comunidades estadounidenses, ofreciendo
asesoramiento, compasión y asistencia a las mujeres embarazadas vulnerables,
indecisas a tener o asesinar al bebé que llevan en el vientre. Por ejemplo, en
Nueva York (y ahora en todas partes) las Hermanas de la Vida se fundaron hace
20 años para dedicarse a promover causas provida.
En un reciente y
alentador desarrollo, el exvicepresidente Mike Pence acaba de fundar una
organización sin fines de lucro llamada “Advancing American Freedom”, cuyo
primer compromiso (según su sitio web) es promover la causa provida. En ella
participan muchos políticos de renombre y otros simpatizantes que harán oír su
voz. Estas son algunas de las respuestas al “Mayday”, a la llamada de
emergencia.
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