La Pontificia Academia para la Vida dice en Twitter que Humanae Vitae no es magisterio infalible
En lo que supone
una prueba más del camino que parece haber emprendido la Pontificia Academia
para la Vida (PAV) para cambiar la doctrina católica sobre la anticoncepción,
el organismo vaticano publicó ayer un mensaje en la red social de Twitter
altamente significativo.
(InfoCatólica)
8-8-22
Este fue el
mensaje de la PAV:
History records by
Abp. Lambruschini confirmed that Paul VI said him directly that HV were not
under infallibility.
Los registros de
la historia del Abp. Lambruschini confirmaron que Pablo VI le dijo directamente
que los HV no estaban bajo la infalibilidad.https://t.co/hRxBgsIaKc
— Pontifical
Academy Life (@PontAcadLife) August 6, 2022
Todo indica que la
Pontifica Academia que debería velar por la doctrina católica sobre algo tan
esencial como la necesidad de que el matrimonio esté abierto a la vida, se ha
embarcado en una travesía que, eventualmente, apunta a acabar con la aceptación
del uso de anticonceptivos.
Así aparecía en un
libro publicado por la institución. Concretamente el titulado «Theological
Ethics of Life: Scripture, Tradition, and Practical Challenges» (Ética
teológica de la vida: Escritura, tradición y desafíos prácticos), una síntesis
de 528 páginas de un seminario teológico auspiciado por la PAV en 2021.
La doctora Mónica
López Barahona, miembro del Consejo Directivo de la Pontificia Academia para la
Vida y presidenta de la Fundación Jérôme Lejeune en España, ha comentado
aseguró que el contenido de dicho libro está en contraste con el Magisterio de
la Iglesia, y se mostró crítica con la no revisión de la obra por parte del
Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Enseñanza
perenne
La realidad es que la prohibición de los
anticonceptivos es anterior a Pablo VI. El 29 de ocutbre de 1952, el papa Pío
XII dirigió un discurso a las comadronas católicas, en el que afirmó lo
siguiente:
Nuestro Predecesor Pío XI, de feliz memoria, en
su Encíclica Casti connubii, del 31 de diciembre de 1930, proclamó de nuevo
solemnemente la ley fundamental del acto y de las relaciones conyugales: que
todo atentado de los cónyuges en el cumplimiento del acto conyugal o en el
desarrollo de sus consecuencias naturales, atentado que tenga por fin privarlo
de la fuerza a él inherente e impedir la procreación de una nueva vida, es
inmoral; y que ninguna "indicación" o necesidad puede cambiar una
acción intrínsecamente inmoral en un acto moral y lícito (cf. AAS, vol. 22,
págs. 559 y sigs.).
Esta prescripción sigue en pleno vigor lo mismo
hoy que ayer, y será igual mañana y siempre, porque no es un simple precepto de
derecho humano, sino la expresión de una ley natural y divina.
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