Llega la gestación subrogada con “garantía”
Tommaso
Scandroglio
Brújula cotidiana,
19-04-2023
Entre las 46
garantías que ofrece Gestlife, agencia de abogados especialistas en gestación
subrogada, está la de reiniciar el programa de vientre de alquiler si el niño
fallece durante los dos años siguientes a su nacimiento. Acabamos de superar el
famoso eslogan “si no estás satisfecho, te devolvemos tu dinero”, y se confirma
así que el niño es considerado un objeto.
Si el niño nacido
por gestación subrogada muere, te lo cambiamos. No es un bulo ni una noticia
falsa, ni siquiera una fantasía, sino una de las 46 garantías que Gestlife –una
agencia de abogados especializados en gestación subrogada- ofrece a sus
clientes. Antes de profundizar en esta garantía que podríamos llamar la del
“bebé de sustitución”, vamos a profundizar en la lista de garantías que se
ofrecen a quienes quieren alquilar un vientre para tener un bebé.
“La mayoría de
nuestros programas de donación de óvulos [...] son a precio fijo”: pero, si los
óvulos son donados, ¿por qué tengo que pagar por ellos? Sea como fuere, si
haces muchos ciclos de Fivet el precio es fijo como en el supermercado, pero
sólo si te has acogido a los programas Standard Plus y Premium. Igual que un
contrato de telefonía móvil.
Gestlife entonces
te asesorará sobre el país adecuado al que acudir; te ofrecerá la oportunidad
de congelar el cordón umbilical de tu bebé; planificará junto a ti el camino
que terminará con la “recogida del bebé” (¡sic! ): entrevistas preliminares,
exámenes clínicos, reserva de hotel o piso, tarjeta SIM de Internet, derecho de
acceso al parto con el corte del cordón umbilical, inscripción en el registro
civil, acompañamiento psicológico, cuidados pediátricos postnatales, servicio
de canguro, alquiler de cochecitos, canastilla gratuita, asistencia jurídica
para trámites de adopción, curso para padres primerizos.
La compañía, con
sede en España, también cubre los siguientes imprevistos: “Pérdida o deterioro
de embriones durante el transporte, cambio de donante sin coste adicional en
caso de punción blanca (sin ovocitos), indemnización a la gestante en caso de
aborto espontáneo, fallecimiento de la gestante o de la donante”. Y es que
Gestlife es una empresa seria que también ha adoptado un código ético, porque
para hacer bien el mal hay que hacerlo con guante blanco, es decir, de forma
limpia y responsable: “Practicamos la gestación subrogada responsable, evitando
la explotación de las gestantes, y nuestros equipos controlan in situ las
condiciones en las que viven, las casas en las que residen, su alimentación y
sus hábitos. […] Analizamos su estado de salud, pero también su historial
médico, el de sus familiares, sus antecedentes penales y policiales, y las sometemos
a una serie de entrevistas con nuestro psicólogo que, mediante una serie de
pruebas, decide si la candidata es apta o no”.
Estas
explicaciones recuerdan a las normas sanitarias en la cría de animales, según
las cuales las gallinas deben disponer de unos metros cuadrados para moverse,
se debe controlar su estado de salud y nutrición y, desde luego, no se las
explota porque la calidad de los huevos se resentiría.
Además, Gestlife
también ha recibido el sello azul de la asociación Padres por la Gestación
Subrogada, que “agrupa a más de 700 padres que han sido padres por gestación
subrogada y que supervisa a las agencias para garantizar las buenas prácticas,
aprobando con su sello sólo a aquellas que cumplen los estrictos parámetros
exigidos”. El sello azul también es merecido porque la empresa española destaca
por su carácter inclusivo: “Tenemos programas para todo tipo de familias:
parejas heterosexuales, casadas o no, hombres y mujeres solteros, parejas
homosexuales (de ambos sexos), transexuales, personas con VIH o hepatitis...”.
Pero vayamos al
punto número 24 de la lista de garantías ofrecidas, que dice lo siguiente:
“Desgraciadamente, después del séptimo mes de embarazo, todas las agencias
consideran que si el bebé nace prematuramente y muere, el programa ha terminado
y te quedas sin bebé y sin dinero. GestLife es la única compañía en el MUNDO
que te cubre ante esta terrible eventualidad, garantizándote el reinicio del
mismo programa que habías contratado, hasta dos años después del nacimiento, en
caso de fallecimiento del bebé por cualquier motivo o causa (incluidos
accidentes domésticos o de tráfico). Sin coste alguno para ti”.
Habéis entendido
bien: si el bebé obtenido a través de un vientre de alquiler muere en los dos
años siguientes al nacimiento, te lo reponen gratis, como el parabrisas de un
coche. Aquí estamos más allá de la fórmula comercial de “si no estás satisfecho
te devolvemos tu dinero”, sino que nos encontramos ante una compensación de
forma específica: “roto” un bebé, te damos otro. No liquidamos el daño, sino
que trabajamos para reiniciar el programa de gestación subrogada y así
devolverte el hijo que el destino te ha arrebatado.
Y así, la realidad
es que el niño, en esta lógica, es un producto que se puede cambiar por otro.
Un objeto, una cosa. Es el hijo de recambio, el hijo de repuesto si el primero
ha “pinchado”, el hijo en el banquillo listo para saltar al campo si la primera
opción se lesiona, el hijo de recambio del traficante de niños. Estamos ante la
fórmula Zalando, pero aplicada no a los zapatos, sino a las personas. Es como
el seguro del coche pero con la fertilidad, contratando la maternidad a
terceros. A corto, muy corto plazo, estamos seguros de que podrás devolver al
niño en un par de años, sin esperar a que se muera, si es defectuoso, es decir,
si enferma o si, como un par de zapatos que no te quedan bien, no corresponde a
tus expectativas porque no es tan rubio, o inteligente, o simpático, o bueno
jugando al fútbol como esperabas. Entonces tendremos una plétora de niños de
segunda mano: niños usados, o más bien maltratados.
Al fin y al cabo,
si hemos fabricado bebés de probeta y luego los hemos puesto en la cadena de
montaje del útero, exigimos que sean perfectos. Tan perfectos como la locura
calculada y rentable que ha escenificado este horror.
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