a la marihuana
Por Juan Alberto
Yaría
La Prensa,
10.11.2024
Hay indudablemente
un cambio de época en donde las drogas parecen ser signo de liberación y en
donde se ocultan los daños a la salud. La ganancia enorme y el poder político y
económico que dejan es a costa de miles de desvalidos crónicos y dementizados.
Esto parece no importar. Son muchas las situaciones que esclavizan (juegos de
todo tipo masificado generando “casinos” mundiales desde una aplicación en cada
celular, sexualidad vendida, etc.) pero esto no parece importar mientras
generen ganancias y manejo de controles políticos.
Una de las vías es
la marihuana que parece reinar como una sustancia banalizada en su uso por gran
parte de la población, especialmente la juvenil. Ya el alcohol y la nicotina
estaban impuestas con grandes potencias económicas que las propagandean a
través de sutiles estrategias de marketing.
Uruguay fue el
país elegido para su introducción en Sud-América y la historia de Uruguay con
la marihuana es muy interesante.
Un presidente de
un partido de izquierda, medico él, hace una cruzada preventiva contra el
tabaco por sus efectos cancerígenos y logra un triunfo fenomenal bajando el
consumo de una manera significativa. El presidente que era oncólogo lograba una
meta envidiada en otros países lo que significaba bajar la prevalencia del
consumo y todas las enfermedades asociadas.
Uno de sus
componentes, la nicotina, posee una enorme capacidad adictiva, y es la causa
por la que su consumo produce dependencia. Durante la combustión del tabaco se
originan más de 4.000 productos tóxicos diferentes. Entre ellos, destacan por
su especial peligrosidad y por las enfermedades a que pueden asociarse, los
siguientes: 1)Alquitranes: responsables de los distintos tipos de cáncer. 2)
Monóxido de carbono: favorece las enfermedades cardiovasculares. 3) Irritantes
(fenoles, amoníacos, ácido cianhídrico): responsables de enfermedades
respiratorias como la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar.
La Nicotina tiene
una vida media aproximada de dos horas, pero a medida que disminuye su
concentración en sangre, se incrementa el deseo de fumar.
El monóxido de
carbono se encuentra en el humo del tabaco, y pasa a la sangre a través de los
pulmones. Es el responsable del daño en el sistema vascular, por una parte, y
de la disminución del transporte de oxígeno a los tejidos de nuestro organismo,
por otra. Produce fatiga, tos y expectoración. La nicotina actúa sobre las
áreas del cerebro que regulan las sensaciones placenteras, provocando la
aparición de dependencia.
Resumiendo: A-
Está directamente relacionado con la aparición de 29 enfermedades (de las
cuales 10 son diferentes tipos de cáncer). B- Es la principal causa de buena
parte de muertes por cáncer de pulmón y de más del 50% de las enfermedades
cardiovasculares.
Luego, siguiendo
la historia política de la implantación del consumo, le sigue otro presidente
del mismo signo político y en consultas con un promotor mundial y
ultra-millonario del consumo libre de drogas que fomenta movimientos mundiales
pro-consumo implanta la legalización del consumo de marihuana que es más
cancerígena todavía que el tabaco.
Era un triunfo del
mundo “progre” y así Uruguay se convertiría en la Nación supuestamente más
adelantada en estos temas. Se vende en las farmacias y nadie la compraría
ahí porque el porcentaje de THC (tetrahidrocannabinol-sustancia alucinógena) es
menor que la vendida por los vendedores ilegales con mayor proporción de
sustancias con efectos alucinógenos y por ende más buscada. Por lógica aumenta
el consumo. A su vez se habilitaron clubs cannábicos y plantaciones lo cual
hace de Uruguay junto a la Argentina el primer consumidor de marihuana.
Vuelve otra vez en
el ciclo político el presidente medico oncólogo que había hecho una tarea
enorme en la prevención del tabaco y bajado el uso de esta masa de sustancias
cancerígenas y se encuentra con un panorama más complejo porque la marihuana es
mucho más dañina y ya tenía miles de seguidores dependientes. No pudo hacer
nada en sus 4 años de Gobierno y al irse lamentablemente muere por un cáncer de
pulmón.
Ya la marihuana
era de uso frecuente y la industria legal e ilegal era enorme a lo cual se le
agregaba el aumento del consumo de cocaína.
Junto con nuestro
país Uruguay son conjuntamente los principales consumidores de cocaína. Es que
la marihuana como digo en el titulo era solo la ceremonia de iniciación ya que
libera prontamente áreas cerebrales ligadas al placer que buscan rápidamente
otras sensaciones.
Era lógico que
sucediera esto en Uruguay ya que en los más vulnerables la marihuana es solo el
“Caballo de Troya” de otras drogas. Es la punta de lanza del consumo de drogas.
El expresidente
Julio María Sanguinetti viene alertando desde hace años de las consecuencias de
todos estos fenómenos (lo vuelve a hacer en su cuenta de Instagram) y propone
lanzar una campaña de prevención a la cual llama campaña “global de información
sobre los efectos de la marihuana en la concentración, la memoria, y la
eclosión de esquizofrenias, depresiones y alerta sobre la banalización del
consumo”. En sus primeros momentos atisbando el horizonte “progre” que se venía
decía en forma irónica: “marihuana si, tabaco no”.
EL “GOTEO” COMO
NARCO-MARKETING
El “goteo” implica
la banalización del consumo que se realiza desde hace años y las consecuencias
clínicas son evidentes con la cancelación de la Prevención desde los primeros
años de vida, falta de información a los padres. Camino allanado. Pocos centros
de asistencia y solo una desintoxicación ante las sobredosis y hasta ahí nomas.
Empieza la
práctica asistencial de lo que llamo la “puerta giratoria” en donde hoy
asistimos a pacientes con más de 10 internaciones de no más de 15 días y con
muchos años de consumo. Nada de lo que a él le sucede profundamente se investiga
y trata.
“Ruleta rusa”
completa: banalización del consumo, cancelación de la prevención y tratamientos
“tipo tintorería” que aseguran una red de pacientes cada vez mayor.
Negocio al por
mayor mientras América latina se llena de países que cultivan drogas y una
cadena financiera y bancaria se enriquece siendo la plusvalía la consecuencia
de una pandemia creciente de personas cronificadas. Solo lavado de cara y no
ver qué le pasa a ese sujeto con la angustia y las múltiples caras de la
prevención de las recaídas.
Es interesante
observar este fenómeno para los que trabajamos en adicciones como es el
fenómeno de la prevención de las recaídas ya que al quedar sobornado e
“hipotecado” (permítaseme esta imagen inmobiliaria) el sistema del placer que
todos tenemos y que lo invertimos en el amor, los ideales, el sexo, etc. basta
un olor a marihuana por las calles para que el paciente se lance a la búsqueda
del cigarrillo de marihuana y lo mismo puede suceder con ver una “tuca”
(termino usado por los consumidores ) en el suelo mientras caminan, la entrada
a un boliche donde se consume, o el encuentro con amigos de consumo , etc.
El sistema
cannabinoide endógeno es un sistema propio de nuestro organismo que realiza
funciones relacionadas con el comportamiento, el aprendizaje, la gratificación,
la ingesta de comida, el dolor y las emociones, entre otros. Cuando se consume
cannabis, se activa este sistema endógeno de forma externa y artificial y se
alteran muchas de las funciones que desarrolla. A dosis pequeñas el efecto es
placentero, mientras que a dosis altas puede producir cuadros de gran ansiedad.
Inmediatamente
tras el consumo se produce lo que se llama “borrachera cannábica”, con sequedad
de boca, enrojecimiento ocular, taquicardia, descoordinación de movimientos,
risa incontrolada, somnolencia, alteración de la memoria, de la atención y de
la concentración. Mientras tanto los efectos tras el consumo son relajación,
somnolencia, sensación de lentitud en el paso del tiempo, desinhibición, alegría
desmedida, enrojecimiento ocular. Aumento del ritmo cardiaco y la tensión
arterial. Sequedad de boca. Percepción distorsionada. Empeoramiento del tiempo
de reacción y de la atención. Dificultades para pensar y solucionar problemas.
Dificultad de coordinación. Percepción distorsionada. Empeoramiento del tiempo
de reacción y de la atención. Dificultades para pensar y solucionar problemas.
Dificultad de coordinación. El sistema cannabinoide desempeña un papel
fundamental en el área de la memoria y hace que, de forma natural, nos
acordemos más de lo agradable que de lo desagradable, ayudando a eliminar
aquellos recuerdos que produjeron un impacto negativo en nuestras emociones.
Cuando se sobre
activa por el consumo de cannabis se olvida todo, y es más difícil recordar
cualquier acontecimiento ocurrido. Por otro lado, el sistema cannabinoide
controla la atención y la percepción. También se encuentra implicado en la
regulación de la actividad motora, lo que explica que el consumo de cannabis
produzca una disminución del nivel de actividad y mayor dificultad en la
coordinación de movimientos.
El potencial
terapéutico del cannabis ha sido revisado ampliamente en numerosas
publicaciones científicas. Existe evidencia científica para su uso terapéutico
en el caso de las náuseas y vómitos secundarios al tratamiento con
antineoplásicos, la pérdida de apetito en Sida y cáncer terminal y el
tratamiento del dolor neuropático en la esclerosis múltiple refractarias y en
ciertas epilepsias también refractarias (pero se confunde el cannabidiol un
compuesto químico de la planta con tetrahidrocannabinol que es el alucinógeno).
Como nos enseñaba el Dante en la Divina Comedia “la confusión es el principio
del mal de las ciudades…”.
Pero esto se ha
multiplicado por mil y se la utiliza para cualquier cosa. En nuestro país basta
con anotarse en un registro con certificados médicos y así tenemos hoy una
pandemia de consumo.
¿QUÉ RIESGOS Y
CONSECUENCIAS TIENE EL CONSUMO DE CANNABIS?
El consumo
habitual provoca una serie de daños orgánicos y psicológicos:
1) El hecho de
fumarse sin filtro, aspirando profundamente el humo, reteniéndolo en los
pulmones y apurándolo hasta el final, favorece enfermedades como la bronquitis
crónica, el enfisema pulmonar o el cáncer de pulmón. Además, su efecto
broncodilatador potencia la absorción de sustancias tóxicas.
2) Altera el
sistema cardiocirculatorio, provocando taquicardia, por lo que las personas con
hipertensión o insuficiencia cardiaca pueden sufrir un empeoramiento de su
sintomatología.
3) Existen datos
que indican que podría haber un aumento de la incidencia del llamado “síndrome
amotivacional”, depresiones mayores y psicosis (alucinaciones y delirios) por
el consumo crónico de esta sustancia.
4) El impacto
psicológico del consumo de cannabis tiene una especial relevancia, dado que
quienes lo utilizan principalmente son los jóvenes. Provoca dificultades para
estudiar, al disminuir las funciones de atención, concentración, abstracción y
memoria, obstaculizando, por tanto, el aprendizaje. Puede causar reacciones
agudas de ansiedad y, en personas con predisposición a padecer trastornos
mentales, puede provocar la aparición de estos trastornos o agravar los que ya
se padecen.
5) Cada vez hay
más datos que demuestran el efecto perjudicial del consumo de cannabis asociado
a la conducción de vehículos, especialmente si se combina con alcohol, lo que
hace que aumente el riesgo de accidentes.
6) Efectos a largo
plazo: problemas de memoria y aprendizaje con peores resultados académicos y
abandono prematuro de los estudios.
7) La dependencia
está considerada en un 7-10 % de los que lo prueban, aunque esto depende de la
cantidad de tetrahidrocannabinol (hoy es muy alta) y por ende esta tendencia
del 7 al 10 % aumenta mucho más y en uno de cada tres que la consume
habitualmente.
8) El cannabis
actúa sobre el sistema de gratificación y recompensa cerebral de la misma forma
que lo hacen otras drogas, a través del estímulo de la liberación de dopamina.
Por eso, el consumo continuado de cannabis produce adicción.
Nuestro país está
en la misma situación que Uruguay con la característica que 200.000 personas
tiene el permiso de cultivar en sus casas dado este aval por el mismo
Ministerio de Salud.
Muchos no solo la
cultivan, sino que transaccionan el sobrante por cocaína (tareas barriales
bastante comunes). Quizás debamos imitar a la Asociación Médica de Australia
que se le planto al lobby político -empresarial-ideológico que quería promover
el consumo libre de marihuana y en una discusión ante los senadores en 2023 ganaron
en su propuesta de prevención, más centros asistenciales y cuidados de la
salud. Otro país. Otra ética.
Juan Alberto Yaría
* Director general
de Gradiva - Rehabilitación en adicciones