Buenos Aires, 15 May.
12 (AICA)
La hermana Elena
Lugo, del Comité de Bioética Padre Kentenich, señaló que “la ley propuesta
sobre la ‘muerte digna’, según la describe la prensa local, apunta en la
dirección de una participación democrática del paciente y su familia en las
decisiones cruciales al final de la vida e intenta superar la mecanización del
proceso del morir”.
La religiosa enumeró, sin embargo, ciertas
cuestiones que deben garantizarse para que la normativa se lleve a la práctica
con “legitimidad y autenticidad ética”:
a) los pacientes y su familia reciban la
formación adecuada para evaluar la proporcionalidad –desproporcionalidad
de las terapias y discernir los
beneficios de una determinada terapia en relación al deber de toda persona de
cuidar de su vida y promover la salud.
b) los profesionales deben cuidar de no
influir por economizar costos y evitar
atenciones de complejidad en las que el
paciente se sienta motivado a rechazar terapias beneficiosas para no ser carga económica, asistencial o
emocional.
c)
la institución debe promover el cuidado paliativo real y completo, así
como fomentar el programa de hospicio, alentando a los pacientes a encontrar la
solidaridad en el morir y no adelantarse precipitadamente en rechazar terapias
que proporcionen algún beneficio.
d) discernir entre el cuidado básico
irrenunciable como la alimentación e
hidratación artificial, en cuanto que
asiste al sistema digestivo y asimilador,
al cual no se debe renunciar
excepto cuando la agonía indica falta de asimilación y desvío del proceso natural del morir.
e) por último, la autonomía del paciente
debe balancearse con la integridad profesional orientada al bienestar total de
la persona enferma y evitar todo mal físico, psíquico y espiritual incluso el
reducir la experiencia del morir a una decisión individualista.
Informes: www.familia.org.ar .
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