Por Juan Bacigaluppi
El 2 de julio, el
Secretario General de la ONU ,
Ban Ki-moon, dirigió un mensaje al Festival de Cine sobre Derechos Humanos, que
se realizó en New York. En el texto, Ban afirma refiriéndose a las minorías
gay-lésbicas: "Ninguna costumbre o tradición; ningún valor cultural o
creencia religiosa puede justificar que se prive a una persona de sus derechos
humanos. La violencia y la discriminación contra lesbianas, gays, bisexuales y
transexuales (LGBT) es una violación de los derechos humanos: una violación que
los Estados tienen un deber moral y la obligación legal de resolver".
Recordamos que el
Secretario General reinterpretó la Declaración Universal
de Derechos Humanos, afirmando que “los derechos” a la “orientación sexual” y
la “identidad de género” están implícitamente contenidos en ella.
En el Festival de
Cine sobre Derechos Humanos, se presentó el documental estadounidense “Call me
Kuchu”, centrado, en parte, en el asesinato del activista ugandés LGBT David
Kato, el año pasado.
El caso Uganda
Aunque las
autoridades ugandesas, incluso sus embajadores, se preocuparon en aclarar que
el asesinato de Kato era un crimen entre homosexuales, el lobby gay
internacional lo ha tomado como bandera de homofobia. Al conocerse la noticia,
Barack Obama emitió una declaración dando por probado que era uno de esos
crímenes y comprometiéndose a seguir promoviendo los “derechos de las personas
LGTB”. Por su parte, el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que,
entre otras cosas, se habla claramente del corte de ayuda exterior para el
desarrollo a Uganda, si no deja de considerar la homosexualidad como una
actividad fuera de la ley.
Nos oponemos a los
malos tratos y, por supuesto, a la violencia y a la muerte, pero, como hemos
dicho varias veces, aceptar los supuestos derechos LGTB, significa, por
ejemplo, que califiquen de homofóbica y discriminatoria toda opinión en
desacuerdo con el estilo de vida homosexual. Los supuestos derechos LGTB,
atentan contra la libertad religiosa, por ejemplo, oponiéndose a la predicación
de la doctrina cristiana. En base a ellos se arremete contra la libertad de los
padres a educar a sus hijos y se desconoce la libertad de las instituciones de
enseñanza.
Además, existe una
gran presión sobre África por parte de los países centrales, para imponer los
llamados “derechos de los homosexuales”.
Los dineros de Soros
A su vez, el New York
Times (14-03-12), reseñaba que el Center for Constitutional Rights, institución
norteamericana financiada por George Soros, había denunciado al pastor
evangélico norteamericano Scott Lively, ante la corte federal de Massachussets,
de haber violado la ley internacional incitando a la persecución de gay y
lesbianas en Uganda. El Center for Constitutional Rights pretende crear “casos”
para que alguno de ellos llegue a la Corte Penal Internacional.
En realidad, lo que
hizo Lively fue dar una serie de conferencias sobre cómo deben los padres
evitar que sus hijos sean adoctrinados en el “estilo de vida homosexual”.
Visitó colegios, universidades, habló con legisladores, y en ningún momento
predicó ningún tipo de violencia contra los homosexuales.
Es de notar, que el
Center for Constitutional Rights (CCR), también denunció al Papa Benedicto XVI
y a los cardenales Bertone, Sodano y Levada, ante la Corte Penal
Internacional en La Haya ,
acusándolos de complicidad y de encubrimiento en los casos de pedofilia que,
lamentablemente, han ocurrido en la
Iglesia , (vid. New York Times, 13-09-11).
Fuentes: UNNews, 02-07-12; The New York Times; Life Site; Forum
Libertas.
Noticias Globales,
25-7-12
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