lunes, 26 de noviembre de 2012

El Fondo de Población promueve la ingeniería social mediante la planificación familiar





Por Rebecca Oas, Ph.D.

El Fondo de Población de la ONU (UNFPA, por sus siglas en inglés) acaparó los titulares internacionales la semana pasada por reivindicar un nuevo derecho humano a la anticoncepción.
La anticoncepción como derecho humano es el eje del informe anual del UNFPA sobre el estado de la población mundial titulado «Sí a la opción, no al azar: planificación de la familia, derechos humanos y desarrollo». Tomando expresiones del derecho natural, el informe ejecutivo declara que «Actualmente, hay un reconocimiento casi universal de que la planificación de la familia es un derecho intrínseco, afirmado y sostenido por muchos otros derechos humanos».

Los especialistas en derechos humanos señalan que esos derechos no devienen de las declaraciones de organismos de la ONU y que no existe un acuerdo tal entre los Estados Miembros.

El informe se refiere con frecuencia al desacreditado concepto de «necesidad insatisfecha» de anticoncepción. Los críticos consideran que tal «necesidad» es un «constructo de presión» y dicen que no representa la demanda real. Un vídeo que documenta los esfuerzos del Fondo de Población por llevar la anticoncepción a Uganda muestra cuánto esfuerzo deben hacer sus defensores para convencer de lo que supuestamente es una «necesidad». En ese vídeo, el consultor de logística de salud Moses Muwonge afirma «la necesidad insatisfecha de anticonceptivos es del 41% en Uganda», pero más adelante señala que deben apelar a los medios masivos para convencer acerca de su uso.

El Director Ejecutivo del UNFPA, el dr. Babatunde Osotimehin, solicitó que se asignaran 8.100 millones de dólares por año para la planificación familiar a nivel internacional. La autora del informe, la dra. Margaret Greene, dice que «el dinero es solo parte de la solución» y hace referencia a obstáculos legales, logísticos y otros que deben eliminarse. Greene no es parte desinteresada. Dirige una organización no gubernamental que expresa su deseo de modificar las costumbres sociales para promover la anticoncepción.

El informe de Greene dice que «las presiones sociales negativas» como las creencias religiosas y las cultura tradicional son los principales obstáculos para extender el uso de anticonceptivos en las naciones en desarrollo. Asimismo, un tema recurrente en el informe del UNFPA es la desvinculación de la procreación de la intimidad sexual: «Para asegurar su acceso a la planificación de la familia, independiente de [la] condición de casados o no casados, es preciso reconocer [la] actividad sexual con fines de placer e intimidad antes y después del matrimonio, al igual que dentro de él».

La actividad sexual entre adolescentes también es considerada de manera favorable en el informe. «La actividad sexual de los jóvenes pone en tela de juicio el énfasis en la abstinencia y la opinión de que las relaciones sexuales deben ocurrir estrictamente con fines de procreación. La realidad es que muchos jóvenes no se abstienen, y su actividad sexual no está motivada por el deseo de tener hijos».

El informe sí desaprueba un contexto de actividad sexual adolescente, es decir, dentro del matrimonio. Un informe previo del UNFPA solicita encarecidamente a las naciones que declaren ilegal el matrimonio entre personas menores de 18 años, considerándolo matrimonio infantil. El informe afirma de manera explícita que la iniciación sexual fuera del matrimonio puede ser mejor para las niñas «debido a que, por lo general, las relaciones sexuales no conyugales son menos frecuentes y están mejor protegidas que las conyugales».

NUEVA YORK, 23 de noviembre (C-FAM)

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