Por Lisa Correnti
El Senado de Estados
Unidos votó esta semana en contra de la ratificación de la Convención de las
Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad. Con 61
votos a favor y 38 en contra, no se logró la mayoría de dos tercios necesaria
para la ratificación debido a serios temores de que pudiera debilitar la
soberanía y los derechos de los padres, y de que se la interpretara con el
objeto de promover el aborto.
«Durante décadas,
Estados Unidos ha sido el líder mundial y el defensor de las personas con
discapacidad... Esta convención no hará nada para mejorar los derechos de los estadounidenses
en Estados Unidos», expresó el senador Jim DeMint, quien contribuyó a encabezar
la oposición en el Senado. La Ley de estadounidenses con discapacidades,
legislación federal aprobada en 1990, convirtió a Estados Unidos en el patrón
oro en la concesión de derechos amplios para las personas con discapacidad.
Los expertos de la
ONU que se oponen a la ratificación dijeron que sería imprudente aprobar otro
tratado de derechos humanos mientras no se realice la reforma necesaria de sus
órganos de supervisión. Se sabe que los comités cuya tarea consiste en evaluar
el cumplimiento de los estados miembros reinterpretan los términos de los
tratados y emiten informes dirigidos a los países de una manera cuasi judicial
que los presiona para que modifiquen sus leyes.
La inclusión del
término salud «sexual y reproductiva» en la Convención (por primera vez en un
instrumento internacional vinculante) dio lugar a más inquietudes. Los órganos
de supervisión de tratados utilizan una expresión similar para presionar a los
países a fin de que liberalicen sus leyes de aborto.
Las inquietudes
provida se incrementaron cuando se rechazó conforme a las políticas partidarias
una enmienda para eliminar todo intento de creación de nuevos derechos al
aborto, que fue propuesta por el senador Marco Rubio. Todos los senadores
demócratas se opusieron a esta protección pese a que el presidente del Comité,
el senador demócrata por Massachusetts John Kerry, dijo que la Convención sobre
las personas con discapacidad era demasiado importante como para hacer que el
aborto impidiera su aprobación.
Agrupaciones de
discapacitados intensificaron la defensa de sus intereses al acercarse la
votación, inundando las oficinas del Senado con solicitudes de asamblea. Un
miembro del personal comentó que, aunque son admirables los esfuerzos de estas
agrupaciones, la ratificación por parte de Estados Unidos «no les conseguiría
nada más, salvo hacerlos sentir bien».
El senador Kerry,
coordinador en el recinto para la Convención, intentó disipar lo que calificó
como «mitos» a solo minutos de la votación de mediodía con el propósito de
invertir la postura republicana.
«No tiene potestad
para modificar las leyes o tomar medidas en Estados Unidos, y sus
recomendaciones no tienen consecuencias jurídicas en el estado ni en las cortes
federales», dijo Kerry.
C-FAM (editor de
Friday Fax) había entregado a los senadores ejemplos de fallos de tribunales
estadounidenses que hacen referencia a los tratados de la ONU con el objeto de
modificar leyes estatales.
Ex senadores
republicanos se aventuraron a ingresar en el debate, aunque en lados opuestos.
El senador Bob Dole, veterano de la Segunda Guerra, estuvo en el Senado durante
la votación para alentar la ratificación. El senador Rick Santorum, padre de un
niño con necesidades especiales, trabajó con el senador Lee para poner de
relieve la posible cesión de los derechos de los padres en el caso de los niños
con discapacidad.
Los defensores del
tratado dijeron que la ratificación era necesaria para permitir a Estados
Unidos «sentarse a la mesa» a fin de influenciar mejor a los países con el
objeto de que sean «más como Estados Unidos». El senador Jon Kyl se opuso
diciendo «La Convención brindaría refugio a los regímenes que no tienen
intención de ayudar realmente a los ciudadanos, a la vez que ataría
innecesariamente las manos de países como Estados Unidos, que de hecho han
efectuado grandes progresos en esta área».
El senador Orrin
Hatch, que ha promovido los derechos de las personas con discapacidad durante
un cuarto de siglo, también se opuso a
la ratificación. Tras la votación, dijo: «Estados Unidos debe seguir liderando
la promoción de los derechos de las personas con discapacidad, pero sin que se
menoscabe la soberanía estadounidense».
El senador Kerry promete
que el tratado será introducido en los meses venideros.
WASHINGTON D.C., 7 de
diciembre (C-FAM)
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