Utilizando un estilo indudablemente agresivo, el órgano de prensa que representa en San Luis al pensamiento oficial, ha acusado al Papa Benedicto XVI y a la Iglesia Católica de una ignorancia que afectaría fatalmente a la salud de la población.
Dicha acusación, formulada en el editorial periodístico correspondiente al Domingo de Ramos, obviamente no era un tema que pudiera tratarse durante el curso de la Semana Santa, que sigue siendo un tiempo especialísimo de culto, oración y testimonio de fe.
Pero la fe es inseparable de la vida, y por ello es necesario ahora considerar el tema de manera objetiva y conciliadora, para el bien de todos.
1º) Ante todo, debemos conciliar cada afirmación que se haga, en el plano estrictamente científico, con la información objetiva más actualizada.
El “Diario” (lo mencionamos así para abreviar) parece haberse dejado influir por la ignorancia manifestada por el Ministerio de Educación de la Nación, al definir al preservativo como “el único método existente para prevenir el virus del SIDA”. (1)
No sólo no es el único método, sino que los organismos internacionales y nacionales más importantes del mundo colocan el preservativo en el cuarto y tercer lugar, anteponiéndole precisamente en primero y segundo lugar, las prácticas preventivas que recomienda la Iglesia: retrasar el comienzo de la actividad sexual (abstinencia), y fidelidad mutua (2); y abstinencia de la actividad sexual, y relación sexual mutuamente monógama. (3)
Estos importantes organismos oficiales, mencionados en las notas al pie, de ninguna manera proponen esos criterios en adhesión a la Iglesia Católica y a su Magisterio. Lo hacen, exclusivamente, por las evidencias científicas acumuladas a través de más de veinte años de campañas mundiales de prevención del SIDA.
Por eso, los numerosos párrafos en que el editorial del “Diario” se refiere a las propuestas de la Iglesia en tono irónico y hasta despreciativo, hallan su disculpa en una triste -pero suponemos involuntaria- ignorancia.
2º) En segundo lugar, es necesario comprender porqué la distribución y propaganda del preservativo puede agravar la difusión del SIDA. Esta afirmación del Papa Benedicto XVI durante su reciente viaje a África ha sido firmemente apoyada por el Dr. Edward Green, principal investigador del tema en la Universidad de Harvard, con amplia experiencia en aquél continente. Es un destacado científico no católico, que fundamenta su opinión en datos objetivos de los que ha sido testigo. Se trata del fenómeno conocido como “desinhibición del comportamiento”, por el cual la persona asume mayores riesgos en su conducta sexual, al creerse a salvo de la enfermedad. (4)
Cualquier padre de familia puede darse cuenta de que si su hijo, niño o adolescente, recibe el mensaje de que sólo será considerado un “joven responsable” usando preservativos, fácilmente se sentirá autorizado a iniciar su actividad sexual a partir de ese momento. Eso significará inmadurez, y en muchos casos promiscuidad (sexo con cualquiera, en cualquier parte y de cualquier manera). Y la promiscuidad es una de las situaciones más favorables al contagio del SIDA.
3º) Los dos aportes anteriores, necesitan para su plena comprensión, ser completados por otro dato muy importante. El gran problema del preservativo en relación a la prevención del SIDA, es su baja eficiencia de uso. Para disminuir el contagio del SIDA el preservativo debería ser de perfecta calidad, y colocado con precauciones especiales. Sólo así podría lograrse lo que técnicamente se denomina “uso consistente”. Pero esa consistencia de uso no se ha logrado nunca en el conjunto de una población afectada. Aún en grupos especialmente adiestrados, bajo control experimental, los resultados han sido desalentadores. Todo ello consta en diversos trabajos científicos publicados en los últimos quince años. Pero los cubre una cortina de silencio, de ese tema no se habla.
Sin embargo, la explicación del fracaso es sencilla. No se ha logrado -ni se podrá lograr nunca- la confección de un “preservativo automático”, que por sí solo se coloque del modo y en el lugar debido, a la manera del “air bag” de un automóvil. Es la propia naturaleza de la sexualidad humana, la que lo impide.
4º) Y así, llegamos al tema verdaderamente importante, decisivo. Lo anterior ha tenido valor científico, y ha sido necesario para enfrentar la acusación de que la Iglesia ignora los progresos de la ciencia experimental. Pero hay otra ciencia más alta: la verdadera filosofía que se anima a indagar sobre el misterio del ser humano en todas sus dimensiones, y se niega a reducirlo a un animal de inexplicable inteligencia y carente de libertad.
Y si esa filosofía se deja iluminar por la fe, será teología, sabiduría de Dios enseñándonos quiénes somos, y cómo podemos alcanzar la plenitud de nuestra vida verdadera.
Bajo esa luz, la Iglesia sigue proclamando la verdad de la Creación. Dios nos ha creado para amarnos, y para que respondiendo a su amor, lleguemos a ser capaces de amarnos entre nosotros como Él nos ama. Por eso nos ha creado parecidos a Él, a su imagen y semejanza, con un querer inteligente y libre. Y nos ha creado varón y mujer. El sexo humano tiene como clave, realización y destino la entrega del amor para el propio bien y el bien de los demás. Todo lo que podrá tener de auténticamente recreacional y liberador vendrá de allí.
Dios nos ha creado así para que toda la sociedad humana se fundamente en la familia humana, realización del amor de entrega fiel y perdurable entre el varón y la mujer, y sus hijos. Y a quienes llama a renunciar a esa particular realización familiar los llama para que entreguen totalmente su vida de varones y mujeres a la gran familia de los hijos de Dios que es la Iglesia. En la paternidad, maternidad y fraternidad espiritual del sacerdocio y la vida consagrada.
El sexo humano es para la entrega del amor. Pero si nuestra libertad con soberbia lo niega, habremos elegido la frustración humana y sexual del egoísmo.
El recreo y la libertad del amor se irán transformando en la insatisfacción insaciable y en la solitaria prisión del yo. El sexo egoísta, capaz de destruir la propia vida, y causar terrible daño a los demás.
Dios no lo quiere, y en Cristo resucitado nos llama y nos seguirá llamando a renovar, y también a recuperar si lo hemos perdido, el don de vida que puso en cada uno de nosotros. Él quiere iluminar toda ignorancia. Él quiere que brille en nuestras vidas el resplandor de la Verdad.
San Luis, 18 de abril de 2009.
Mons. Jorge Luis Lona
Obispo de San Luis
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Notas:
(1) “Lineamientos curriculares para la Educación Sexual Integral”, 2008, pag.24.
(2) “Directrices prácticas del ONUSIDA para intensificar la prevención del VIH”, 2007, pag.45 (ONUSIDA es el organismo responsable del tema en las Naciones Unidas).
(3) “Principales modos de reducir el riesgo de contraer el SIDA”. (CDC, Center for Disease Control, que es el organismo público responsable del tema en los Estados Unidos. En la página web: www.NineAndaHalfMinutes.org, 2009.)
(4) “Investigador de Harvard está de acuerdo con el Papa sobre el uso de condones en África”, Catholic News Agency, Estados Unidos, 21-03-09
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NOTIVIDA, Año IX, nº 590, 20 de abril de 2009
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