Como padres nos preocupa el dengue y la Gripe A. Hemos permitido que se suspendan clases, espectáculos públicos y jornadas laborables, porque sabemos que, frente a una epidemia tan grave, no se puede escatimar esfuerzos en prevención.
Pero sufrimos una epidemia mucho más peligrosa y mortífera. Mueren por ella, más de 3.000 jóvenes de entre 15 y 25 años al año. Más del doble de esa cifra quedan discapacitados de por vida. La epidemia es el alcohol, consumido por el 70% de los jóvenes de Córdoba.
Con la tendencia creciente, esta primavera vamos a ver intensificadas las muertes de jóvenes, accidentes, embarazos no planificados y violencia.
Córdoba, 1-9-09
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