El reverso del Caso Marcelo Diez
Marie
Fleming
El Tribunal Supremo irlandés ha rechazado hoy el recurso de apelación
presentado por una mujer que se encuentra en estado terminal con esclerosis
múltiple, para que su marido cooperase en su suicidio asistido. Marie Fleming,
una exprofesora universitaria de 59 años y madre de dos hijos, había apelado
ante el Supremo el pasado febrero, después de que un tribunal inferior irlandés
le denegase el "derecho" que, alegaba, asistía a su pareja, Tom
Curran, para ayudarla a quitarse la vida.
Fleming
lleva más de 25 en silla de ruedas y sus abogados habían argumentado que la
legislación vigente viola sus derechos personales y a la vida, de acuerdo con
los principios recogidos en la
Carta Magna irlandesa y en la Convención Europea
de Derechos Humanos. La enferma, sostuvieron los letrados , no pedía, además,
que la Justicia
permitiese que el marido acabara con su vida, sino que la ayudara para que ella
misma pudiera "dar el paso definitivo".
El
Supremo, no obstante, desestimó de nuevo estos argumentos al asegurar que la
legislación no "infringe de manera desproporcionada" los derechos
constitucionales de la demandante. Los siete jueces del Supremo ratificaron así
la sentencia emitida el pasado diciembre sobre un caso sin precedentes en este
país y la familia de Marie, que no estuvo presente hoy en la vista, considera
la posibilidad de llevar su petición hasta los tribunales europeos.
Durante
el juicio, la enferma solicitó a los tres jueces que componían el alto tribunal
de Dublín que la libraran de una “muerte dolorosa” y permitieran que su marido
la ayudara a acabar con su vida “digna, legalmente” y acompañada por su
familia. El magistrado jefe, Nicholas Kearns, afirmó en la citada sentencia de
diciembre pasado que el tribunal decidió rechazar por unanimidad la solicitud
de Fleming, que perseguía obligar al Estado a modificar la legislación y la Constitución sobre el
suicidio asistido. En su opinión, existe un “riesgo real” de que, incluso con
“estrictas salvaguardas”, la legalización impida proteger adecuadamente a los
más vulnerables, como “los ancianos o los pobres”, quienes “podrían no ver
otras opciones cuando se consideran una carga para sus familias o la sociedad”.
No
obstante, el juez explicó que, en casos extremos como el de Fleming, la Fiscalía tiene cierta
autonomía para decidir si emprende o no acciones legales contra alguien que se
haya prestado a ayudar en un suicidio. “Su coraje ante la adversidad es
admirable e inspirador. Por muchas razones, (Fleming) ha sido el testigo más
notable que cualquier miembro de esta sala ha tenido el privilegio de conocer”,
concluyó Kearns.
La
decisión del Tribunal irlandés en el Caso Fleming es plenamente coherente con la Resolución 1859 (2012),
aprobada por la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa el 25 de enero de
2012, por la que se prohíbe la eutanasia en todos los casos. La Ley irlandesa de Derecho
Criminal (Suicidio), de 1993, pena con
un máximo de 14 años de cárcel a quien "ayude, instigue, aconseje o
procure" un suicidio asistido.
Autor:
Hazte Oir - Hablemos claro
Los
principios.org, 4-5-13
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