domingo, 7 de febrero de 2010

Sin leyes ni reglas, avanza la adopción de embriones en el país



Georgina Elustondo.

Aunque hace veinte años que los tratamientos de fertilidad implican el congelamiento de embriones, en Argentina ninguna ley regula esta práctica. El Estado sólo intervino una vez, a partir de una medida cautelar presentada en 1993 por el abogado Ricardo Rabinovich para que se "protegiera" a los embriones congelados. El juez Miguel Güiraldes entendió que debían respetar los "derechos personalísimos de los embriones", y nombró a Rabinovich "tutor especial" de todos. En 1999, la Cámara Civil confirmó el fallo y ordenó al Gobierno porteño que hiciera un censo semestral de los embiones congelados e identificara a sus padres. Los centros de fertilidad apelaron y la causa quedó parada hasta 2006, cuando Rabinovich fue reemplazado por una defensora de menores que aceptó mantener bajo reserva la identidad de los padres. Según el primer fallo, antes de realizar cualquier donación habría que avisar al juzgado. Pero allí dicen que jamás recibieron ningún pedido.

Nadie sabe tampoco cuántos embriones congelados hay en el país. "Es un dato imposible de obtener. Todos los días se congelan y descongelan embriones", explica Marcos Horton, al frente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva. En 2006, cuando la Justicia ordenó el primer censo, ocho clínicas enviaron sus datos: había 12.000, sólo en Capital. "Es un número probable, pero no lo sabemos. Sólo sabemos que cada año se hacen 7.500 fertilizaciones in vitro. Como en un tercio se congelan embriones, podemos hablar de unos 2.000 procedimientos de criopreservación por año", dice Horton, y aclara: "Eso no quiere decir que todos esos embriones sean viables ni que estén abandonados. No es tan común que haya embriones para donar", asegura.

Los expertos coinciden en que cada vez se congela menos, porque las técnicas mejoraron. "Antes, el 50% de las parejas que hacía una in vitro guardaba embriones. Hoy sólo los hace el 20%, y la tasa de embarazo es mucho mayor", precisa Lancuba. Congelar embriones cuesta unos mil pesos, a los que hay que sumar unos 300 dólares anuales de mantenimiento.

Clarín, Zona, 7-2-10

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