Obama y Blair. El mesianismo reinterpretado
Por Michel Schooyans (+)
1-5-09
La elección de Barack Obama para la presidencia de los Estados Unido ha suscitado numerosas expectativas en todo el mundo. En los Estados Unidos, los electores votaron por un presidente joven, mestizo y brillante. Se espera de él que, según sus promesas, corrija los errores del presidente que lo ha precedido. Han sido utilizadas formulas hasta excesivas, afirmando, por ejemplo, que había llegado la hora de "reedificar" los Estados Unidos o de reorganizar el orden internacional. Se notará aquí la influencia de Saul D. Alinsky (1909-1972), uno de los maestros del pensamiento del nuevo presidente y de Hillary Clinton. No les ha faltado celo a los admiradores del vivaz neo elegido, que han demonizado al desventurado presidente George W. Bush, invocando que se destruya lo antes posible la política que había desarrollado. Ahora, la administración Bush, que además no ha carecido de méritos, se caracteriza por fallas reconocidas, también por el círculo más cercano del presidente. Sin embargo, sobre un punto esencial y fundamental, el presidente Bush ha promovido una política meritoria de respeto y de continuidad: ofreció al ser humano no nacido, así como al personal médico, una protección jurídica, sin duda insuficiente, pero eficaz.
Los electores que han llevado a Barack Obama a la presidencia no han percibido la debilidad y la ambigüedad de las declaraciones hechas por su candidato sobre este punto decisivo. Más aún, una vez elegido, una de las primeras medidas del presidente Obama ha sido la de revocar las disposiciones tomadas por el presidente Bush para proteger el derecho a la vida del ser humano no nacido.
La elección de Barack Obama para la presidencia de los Estados Unido ha suscitado numerosas expectativas en todo el mundo. En los Estados Unidos, los electores votaron por un presidente joven, mestizo y brillante. Se espera de él que, según sus promesas, corrija los errores del presidente que lo ha precedido. Han sido utilizadas formulas hasta excesivas, afirmando, por ejemplo, que había llegado la hora de "reedificar" los Estados Unidos o de reorganizar el orden internacional. Se notará aquí la influencia de Saul D. Alinsky (1909-1972), uno de los maestros del pensamiento del nuevo presidente y de Hillary Clinton. No les ha faltado celo a los admiradores del vivaz neo elegido, que han demonizado al desventurado presidente George W. Bush, invocando que se destruya lo antes posible la política que había desarrollado. Ahora, la administración Bush, que además no ha carecido de méritos, se caracteriza por fallas reconocidas, también por el círculo más cercano del presidente. Sin embargo, sobre un punto esencial y fundamental, el presidente Bush ha promovido una política meritoria de respeto y de continuidad: ofreció al ser humano no nacido, así como al personal médico, una protección jurídica, sin duda insuficiente, pero eficaz.
Los electores que han llevado a Barack Obama a la presidencia no han percibido la debilidad y la ambigüedad de las declaraciones hechas por su candidato sobre este punto decisivo. Más aún, una vez elegido, una de las primeras medidas del presidente Obama ha sido la de revocar las disposiciones tomadas por el presidente Bush para proteger el derecho a la vida del ser humano no nacido.
(texto completo en: www.defender-la-fe.blogspot.com )
(+) Michel Schooyans, sacerdote belga, es profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina. Es un gran especialista en antropología, en filosofía política, en bioética, en demografía. Es miembro de tres academias pontificias: la de las ciencias sociales, la de la vida y la denominada santo Tomás de Aquino. Un libro suyo del 2006 tiene por título: "Le terrorisme à visage humaine", y tiene muchos puntos de contacto con su intervención en el Vaticano del pasado 1 de mayo. En Italia su última publicación, editada por Cantagalli el 2008, lleva por título: "La profecía de Pablo VI" y es una vigorosa defensa de la encíclica "Humanae Vitae".
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