El arzobispo de Olinda y Recife, en Brasil, decidió excomulgar a la madre de una niña de 9 años que había sido violada por su padrastro, y a los médicos que le practicaron un aborto.
La ley brasileña permite que los médicos realicen abortos a víctimas de violaciones sin necesidad de autorización de la Justicia. De esta forma, en la decimoquinta semana de gestación de los gemelos que aguardaba la niña se procedió a la operación. Para el obispo, José Gomes Sobrino, lo acontecido fue un acto de criminalidad. "Se trató de un homicidio contra dos vidas inocentes", consideró.
(Crítica de la Argentina, 6-3-09)
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